El terremoto cultural entre 1967 y 1968 desencadenó en el Rock una voluntad de desbordar las fronteras convencional desde la música, que se tradujo en experimentos vanguardistas. El concepto de Rock Progresivo englobaba una gran variedad de tendencias: en Norteamérica eran grupos que incorporaron elementos del Jazz, mientras que en Europa se tendió a enlazar la búsqueda de nuevos sonidos con la tradición de la llamada música culta.

Emerson, Lake And Palmer, Genesis, Pink Floyd o Yes fueron comercializados bajo la equívoca etiqueta de Rock Sinfónico pero en casi todos ellos late un deseo, más o menos explícito, de proporcionar al Rock la categoría de arte. Este género busca aumentar su arsenal instrumental con todo tipo de elementos y se inclina por complejos montajes escénicos. (1)